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Estilos de las mujeres para aprender matemáticas
y resultados de una investigación al respecto realizada en el ITCR

 

Jannette Barrantes Méndez, 
Escuela de Matemática, ITCR.
jbarrantes@itcr.ac.cr

Resumen

La Ciencia, específicamente en las áreas de Física y Matemática,  y la tecnología se han perdido del aporte del talento de las mujeres.  Es necesario que las mujeres incursionen en los campos científicos tecnológicos y para eso se debe promover su interés por las carreras de Ingeniería, Física y Matemáticas.  El Cálculo Diferencial e Integral (CDI) es una herramienta fundamental para el estudio de esas disciplinas.  Del abordaje que de esta materia hagan las mujeres,  puede depender  que ellas decidan quedarse a tratar de incursionar en un campo históricamente masculino, o prefieran retirarse a otros campos tradicionalmente femeninos.  Considerando esto,  se procede a analizar los estilos de aprendizaje de las mujeres en CDI.

 

La Ciencia, específicamente en las áreas de Física y Matemática, y la Tecnología se han perdido del aporte de la mitad del talento humano: el talento de las mujeres.

Es necesario que las mujeres incursionen en los campos científicos tecnológicos.

Parto de la observación de que las mujeres aprendemos matemática en forma diferente a los hombres y nos afectan circunstancias diferentes por los tradicionales roles que de una u otra forma la sociedad nos ha asignado.

Las mujeres hemos incorporado algunos roles y actitudes que la sociedad de una u otra forma nos ha impuesto a lo largo de nuestras vidas, tanto en el seno de la familia como en la escuela, en el colegio, en la universidad, en la calle y a través de los medios de comunicación masiva.

Algunas ideas están tan interiorizadas que ni nos percatamos que nos acompañan. Algunas de esas se refieren a la creencia de algunas muchachas de que "si al hombre le cuesta, ¡ imagínese a mí...!" Esta es una circunstancia típica.

También las mujeres tenemos constantemente que hacer frente a nuestras madres, hermanas, amigas, novios, esposos, medios de comunicación y otros que permanentemente, de una forma u otra nos recuerdan que nuestra misión fundamental en la vida es ser madres y esposas abnegadas, además de lindas.

La sociedad presiona de alguna manera a los hombres a ser profesionales de primera línea, pero a las mujeres no les asigna ese rol. Por el contrario, ser profesionales para las mujeres es algo así como un lujo, y si es en carreras científicas tecnológicas, ¡ni qué hablar! Implícitamente las mujeres en su mayoría manejan esos arquetipos que les perdona de alguna forma buscar salidas más fáciles, pero con consecuencias negativas a futuro para ellas mismas.

Con esta perspectiva implícita, las mujeres, para sobrevivir en ese medio aprendemos a interesarnos por los temas de los hombres , a comportarnos como los hombres, a menospreciar aspectos domésticos en vez de, por el contrario, interesar a los hombres en estos temas fundamentales para los y las humanas por ser los temas que le permiten la sobrevivencia, como comer, vestirse, asear su espacio, etc.

Al igual que Murillo,1993, pienso que la posibilidad de cambio a nivel de ejecución y el involucramiento de las niñas en materias y actividades consideradas tradicionalmente masculinas es por el acceso de la cultura a la feminidad, más que un simple cambio de actitudes. Es una modificación del enfoque con el que se han construido los productos de la cultura.

La promoción de un cambio estructural se hace necesario por lo que estamos viviendo en este siglo: hambre, drogas, guerras, muerte. La cultura en este momento necesita accesar a lo femenino tanto por parte de los hombres como de las mujeres. Con el acceso a la feminidad podríamos vislumbrar un mundo más humano, más creativo, y más compasivo.

La ciencia y tecnología ha sido construida principalmente con perspectiva masculina. ¿No debería ya permitírsele a las mujeres la construcción del conocimiento científico desde su perspectiva y ofrecerle espacios para su aporte a la solución de los problemas fundamentales de su nación pero desde una perspectiva femenina, desde una perspectiva de mujer? ¡Quizás allí estaría la solución a muchos de los problemas del planeta!

Tampoco debemos dejar de lado el análisis de los aspectos ideológicos y epistemológicos de la Educación, pues los sistemas educativos no son neutrales, sino que tienen intencionalidad ideológica.

En la era moderna, en Costa Rica, donde un buen grupo de mujeres tiene acceso a la educación superior, ¿por qué solamente un 30% de la población de estudiantes de las ingenierías son mujeres en el ITCR? Ellas siguen prefiriendo carreras de administración, de asistencia, de letras, que no tienen o tienen muy poca matemática. Dentro de la Teoría Vygotskyana, esto no es casualidad.

La teoría de Jean Piaget sostiene que las estructuras se construyen por el sujeto ( y la sujeta) al igual que la inteligencia. Así pues si las mujeres hemos desempeñado roles diferentes a través de toda la historia de la humanidad, hemos percibido diferente que los hombres, nuestra construcción ha sido diferente.

Considerando esto me atrevo a afirmar que nuestros estilos de aprendizaje, (que incluyen los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven de indicadores relativamente estables, de cómo interaccionamos y respondemos a los ambientes de aprendizaje), no deben ser iguales que los de los hombres.

Además, siendo las matemáticas, una disciplina básica para el desenvolvimiento cotidiano como para el desarrollo de las ciencias fundamentalmente fue construida por hombres, desde los hombres, y hemos tenido las mujeres que entrar en sus esquemas para entender la disciplina.
Cuando las mujeres tratamos de tener acceso a una construcción tan masculinizada, el intento se torna más difícil.

Las mujeres hemos estado fuera o hemos sido invisibilizadas en el proceso de la construcción del conocimiento matemático. Las mujeres, quienes poseemos una intuición indiscutiblemente diferente a la de los hombres, no hemos sido consideradas en esa construcción. Solamente algunas lograron incursionar con grandes esfuerzos y sacrificios, resignándose a la invisibilización o a estar detrás de "un gran hombre".

Además, la matemática que se necesita enseñar hoy no pareciera ser la misma que se necesitaba enseñar hace diez o veinte años. El mundo de hoy es tan diferente al de hace diez o veinte años que para sobrevivir en él y tener "éxito" es fundamental manejar tanto la información como las habilidades adecuadas; y...la matemática no escapa de esto.

Desde el momento que hay calculadoras en casi todas las casas, no se justifica invertir horas y horas en hacer divisiones y multiplicaciones larguísimas. Es correcto enseñar a los niños y niñas a dividir y multiplicar, enseñar a los y las jóvenes a derivar e integrar, pero dejando aquellas operaciones incómodas para hacerlas con calculadoras y más bien invertir el tiempo en practicar lo que la calculadora no puede hacer por nosotros y nosotras, hacer estimaciones, resolver problemas, desarrollar la habilidad del trabajo en equipo, etc.

Se requiere de un análisis constante y de una planificación para evaluar constantemente lo que enseñamos y cómo lo enseñamos, pero eso no lo podemos hacer sin recurrir a la investigación y es imperativo que sea investigación con perspectiva de género.

Debemos aprender a aprender y a aprender a promover el aprendizaje con perspectiva de género.

Uno de los recursos decisivos en una enseñanza de las matemáticas que asuma este tipo de visión es el uso de la historia de la matemática, no sólo como fuente de referencia y anécdotas que den color a los contenidos matemáticos, sino como factor clave en la estructuración de la enseñanza de esos contenidos, de la programación y ordenación, y de los métodos planteados.

Creo dentro de mi planteamiento, que esto necesariamente debe llevarnos a hacer una recopilación histórica del papel de las mujeres en la construcción del conocimiento matemático, en el entendido de que debido a que tradicionalmente se ha invisibilizado su trabajo, muchos aportes no han sido ni podrán ser recogidos. Pero hay que hacerlo, se lo debemos a nuestras antecesoras matemáticas.

Considero que la psicología genética da un importante aporte complementario y fundamental en esta línea ya que con su método considera las características de cada niño y niña, el estadio en que se encuentra, asimismo la caracterización de cada estadio da luz sobre qué podemos esperar en cada uno y nos obliga a no pretender saltar etapas. Por otro lado induce a la acción, y es que las matemáticas sólo se aprenden haciéndolas.

También, Lew Vygotsky señala que el hombre ( yo agrego, y la mujer) prueba la verdad de sus pensamientos sólo aplicándolos y además dice que el aprendizaje conduce al desarrollo. Conceptualiza el aprendizaje como acción mental intencional, la cual provoca la elaboración de conceptos, desarrollo de nuevos conceptos y le permite a los sujetos (y sujetas) confrontar problemas. En este proceso dialéctico utiliza varias herramientas de naturaleza material, psicológicas y culturales. En este sentido recobra gran importancia el hecho de que quienes educan deben hacerlo con perspectiva de género dándoles iguales oportunidades a todas y todos.

A su vez Ausubel insistía en su teoría del aprendizaje, en la importancia de los organizadores previos que sirvan de esquema receptor para los nuevos conocimientos. El estudio de la conducta de entrada y el diagnóstico de los estilos de aprendizaje pueden servir de base para esta función de ayuda.

Se hace necesario personalizar el aprendizaje, enseñar a aprender a aprender.

Dentro del constructivismo se plantea:

  • Partir del nivel de desarrollo de la alumna y el alumno

  • Asegurar la construcción de aprendizajes significativos tanto de contenidos conceptuales o de tipo procedimental, como contenidos relativos a valores normas y actitudes

  • Posibilitar el aprender a aprender es decir, posibilitar el conocimiento y destreza necesarios para aprender con efectividad en cualquier situación en que una se encuentre. Una de las formas de conseguir este aprender a aprender es el autoconocimiento del propio Estilo de Aprendizaje

  • Aprender significativamente supone modificar los esquemas de conocimiento que la alumna o el alumno posea.

  • Esto tiene que ver con: los procesos cognitivos del aprendizaje y, la mejor forma de procesar y organizar la información. Ambos aspectos son muy importantes en las teorías de los Etilos de Aprendizaje

  • El aprendizaje significativo supone una intensa actividad por parte de la alumna y el alumno

Con todo esto pareciera que no podemos ni debemos prescindir de incursionar en el campo de los Estilos de Aprendizaje de las niñas y jóvenes cuando deseamos que ellas aprendan matemáticas.

La definición de Estilos de Aprendizaje que utilizo es la que diera Catalina Alonso en Alonso et all, 1994 y dice:

"Los Estilos de Aprendizaje son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los discentes perciben, interaccionan y responden a sus ambientes de aprendizaje."

Por supuesto que a esta definición le agrego la otra mitad, "y las discentes".

Decidí iniciar este estudio a partir de la educación superior no sin antes considerar la importancia de hacerlo posteriormente y como tarea obligada a futuro, en los niveles de preescolar, primaria y secundaria.

Escogí de esta manera el curso de Cálculo Diferencial e Integral por ser este una herramienta fundamental para el estudio de las ingenierías. Es el primer curso del área de matemática y además es el curso que más repiten los y las estudiantes del ITCR.

Del abordaje que de esta materia hagan las mujeres, puede depender que ellas decidan quedarse a tratar de incursionar en un campo mayoritariamente masculino, o prefieran retirarse a otros campos tradicionalmente femeninos.

Esto podría ser una de las más importantes causas de que de las pocas mujeres que ingresan a las ingenierías, se gradúan aún más pocas.

Realicé una investigación cualitativa utilizando algunas herramientas cuantitativas para

1. Indagar sobre los estilos de las mujeres para aprender matemáticas y/o las particulares circunstancias que las rodean en el curso de Cálculo Diferencial e Integral en el ITCR.

2. Analizar la forma en que inciden los estilos de aprendizaje y/o las particulares circunstancias de las mujeres en su rendimiento académico en el curso CDI en el ITCR.

3. Sugerir algunas estrategias y estilos de enseñanza a los y las profesoras del curso de Cálculo Diferencial e Integral para facilitar el aprendizaje a las alumnas de este curso.

Primero revisé los datos de promoción de CDI en los últimos tres años, y posteriormente trabajé con un grupo de muchachas matriculadas en los períodos de Verano y I semestre del 2001 utilizando la observación de clases, la entrevista y el Cuestionario de Estilos de Aprendizaje CHAEA de C. Alonso.

La matrícula del curso en esos tres años es de 26% mujeres y 74% hombres. Asimismo, en los últimos tres años se observa que las mujeres aprueban más el curso que los hombres a pesar de que las promociones en general son bajas, pero no obstante lo anterior, las mujeres se retiran más que los hombres a pesar de que hay semestres donde casi no hay retiros.

El Cuestionario de Estilos de Aprendizaje CHAEA de Catalina Alonso se fundamenta en el esquema del proceso de aprendizaje por la experiencia de autores como D. Kolb (1984), B. Juch (1987), P. Honey y A. Mumford (1986) y fue validado a través de una investigación con variedad de pruebas estadísticas sobre una amplia muestra de estudiantes universitarios en España para determinar estilos de aprendizajes según carrera elegida, siendo merecedora del Premio Nacional de Investigación del Consejo de Universidades del año 1991, en España.

Estos autores proponen un esquema del proceso de aprendizaje por la experiencia dividido en cuatro etapas, las cuáles podríamos resumir así:

  • Tener una experiencia

  • Repasar la experiencia

  • Sacar conclusiones de la experiencia

  • Planificar los pasos siguientes


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