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El usuario también
tiene la posibilidad de alterar la resolución de la pantalla de su computadora
(desde que esta sea de un modelo que lo permita). Las pantallas más comunes,
hoy día soportan resolución espacial de 640x480 pixels
y resolución de color de 256 colores. Muchos modelos también soportan mejores
resoluciones espaciales y de color.
La
figura 6 muestra, en la página de control (exhibida en pantalla llena), el
resultado de modificar la resolución de la pantalla de 800x600 para 640x480 pixels.
La imagen aparentemente queda "mayor" en la menor resolución y, por
consecuencia, la página exhibida en la pantalla llena, pierde la visibilidad de
ciertas informaciones (que fueron representadas por el rectángulo puntillado).
Así, en la menor resolución, estas informaciones pueden ser accedidas
utilizando la barra de scroll a la
derecha de la ventana. Con todo, es probable que usuarios que estén apurados prácticamente
no utilicen este recurso.
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FIG. 6
La misma página en dos diferentes resoluciones espaciales de la
pantalla. |
Proyectando
una página en la menor resolución espacial (640x480), uno logra dejar visibles
todas las informaciones más importantes. Estas permanecen visibles aún cuando
la resolución es aumentada. Esto también es válido para que un diseño gráfico
no pierda su identidad visual con el cambio de la resolución espacial.
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FIG.
7
Otra página, criada por la autora, en dos diferentes resoluciones
de color. |
La
figura 7 muestra otra página criada por la autora, siendo exhibida con la
pantalla configurada en dos diferentes resoluciones de color. El diseño de la página
(hoy día en http://www.eca.usp.br), fue criado utilizando más de 256 colores.
Al ser exhibido en una pantalla configurada para 256 colores, el browser
ajusta los colores del dibujo para que se encajen en el limite de 256. Se puede
percibir que en esta resolución, colores próximos son transformadas en el
mismo color. Esto puede ser
observado en la faja horizontal transparente que atraviesa todo el dibujo de la
figura a la izquierda. El color de esta faja, sobre el dibujo de la paleta y
sobre el fondo blanco, cambia muy poco. Cuando la pantalla está en 256 colores
(ver figura a la derecha), estas diferencias desaparecen y los colores de la
paleta, de la faja sobre la paleta y, de la faja sobre el fondo blanco, son
aproximadas para el mismo color.
Este
fenómeno puede traer problemas de visibilidad al modificar ciertos colores,
además de alterar el efecto visual del proyecto original. Un texto sobre un
color de fondo modificado puede presentar poco contraste, dificultando la
lectura. Por otro lado, la reducción de la paleta
de colores es normalmente hecha por el browser
según el proceso de dithering, lo que
puede introducir ruido en la visibilidad de la interfaz.
Para
evitar estos problemas es mejor proyectar páginas con hasta 256 colores. O
mejor aún, utilizando algunos de los, o todos los, 216 colores que forman la
paleta segura para browsers [WEINMAN,96];
solamente con ella se puede evitar el efecto de dithering
en el ajuste de la palette hecha por
el browser. Ciertamente esto es difícil
en sitios que utilizan imágenes fotográficas, efectos de sombreado, degrades
o efectos de transparencia. Si no se pueden evitar estos efectos o el uso de imágenes
fotográficas, es aconsejable avisar al usuario sobre las condiciones de mejor
visibilidad de aquella página, en particular, se le puede aconsejar el uso de
pantallas configuradas con profundidad de bit (resolución de color) mayor o
igual a 16 bits (65 mil colores).
Para
finalizar, se debe observar que usuarios en el mundo entero pueden tener sus browsers
configurados de diferentes maneras. Esto hace que sea muy difícil para un diseñador
tener control sobre cómo será exhibida una página. La impresión que da es
que la interfaz cambia aleatoriamente de usuario para usuario.
Como
vimos, el usuario (lector) puede modificar algunos parámetros de visibilidad de
la página en el browser, también puede modificar la resolución espacial y de color
de su pantalla. Aunque, no siempre sabe como modificar estas características, o
las modifica en su proprio beneficio a cada página visitada.
Por
otro lado, algunos usuarios, principalmente deficientes visuales, aumentan el
tamaño de la letra para poder leer textos en la web con menor esfuerzo. Un diseño
rígido no les permitiría tener acceso a ciertas informaciones publicadas.
Querer minimizar las posibilidades de ajuste, que el usuario puede realizar en
las características de exhibición de su browser,
significaría sacarle esta opción a personas que necesitan de ella. Por eso, a
pesar de que existen algunos métodos para intentar minimizar las posibilidades
de ajuste de la interfaz por parte del usuario, en general, no constituyen una
práctica ergonómica y ninguno trae una solución definitiva ni para los diseñadores,
ni para los usuarios.
¿Podría
ser elaborado un método flexible de diseño que atienda a todas las
posibilidades de exhibición, manteniendo los objetivos del proyecto
inalterados? ¿Sería esto deseable? Lejos de tener una respuesta definitiva, en
los próximos ítems serán levantadas otras características que pueden traer más
luz sobre el problema.
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