Si es una variable, expresiones como
se denominan ecuaciones en . Por otro lado, dada cualquier ecuación en , si al sustituir a con un número se obtiene un enunciado verdadero, entonces se llama solución o raíz de la ecuación . También es común decir que satisface la ecuación. Por ejemplo, es una solución de la ecuación
ya que al sustituir por obtenemos
que es una proposición verdadera. Resolver una ecuación significa hallar todas sus soluciones.
Si todo número en el dominio de la variable es una solución de una ecuación dada, a esta ecuación se le llama identidad. Por ejemplo,
es una identidad, puesto que se convierte en una proposición verdadera para todos los números del dominio de , en este caso .
El hecho de que una ecuación tenga o no solución depende del sistema de números que consideremos como recorrido para la variable . Por ejemplo, si pedimos que las soluciones sean números enteros, entonces la ecuación no tiene solución, ya que no existe ningún entero tal que su duplo sea 5. Sin embargo, si aceptamos soluciones racionales, entonces es la solución buscada. De igual manera, la ecuación no tiene soluciones racionales; pero sí soluciones reales: .
Se dice que dos ecuaciones son equivalentes si tienen las mismas soluciones. Por ejemplo, las ecuaciones
son equivalentes.
Esto da origen al método más usado para resolver ecuaciones, el cual consiste en generar una sucesión de ecuaciones equivalentes, cada una de las cuales es de algún modo más sencilla que la anterior, hasta llegar a una ecuación cuyas soluciones son obvias. Por lo general, esta sucesión de ecuaciones equivalentes se logra usando propiedades de los números reales, tales como: sumar o restar la misma expresión a ambos lados de la ecuación, multiplicar o dividir a ambos lados de la ecuación por una expresión diferente de cero, elevar al cuadrado a ambos lados de la ecuación, etc. El siguiente ejemplo ilustra este proceso.
Durante el proceso de reducción podemos, por ejemplo, multiplicar por una expresión que se anula para algún valor de , o tomar el cuadrado a ambos lados de la ecuación, estas operaciones pueden producir ecuaciones que no son equivalente. Veamos un ejemplo.
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De donde obtenemos que y , pero al sustituir por en la ecuación original obtenemos
Con lo cual no es solución. Cualquier solución de la nueva ecuación que no es solución de la ecuación original se llama solución extraña.
Lo que ha sucedido, en este caso, es que al tomar el cuadrado a ambos lados de la ecuación hemos obtenido una ecuación que no es equivalente con la anterior, y por tanto, algunas soluciones de la última ecuación podrían no serlo de la ecuación original.
Una ecuación de la forma
donde cada y ; se llama ecuación polinomial. Recuerde que si , entonces decimos que es un cero del polinomio , o bien, es una solución o raíz de la ecuación .
A excepción de casos especiales, resulta muy difícil encontrar las raíces de una ecuación polinomial. Por ejemplo, no son evidentes las raíces de la ecuación polinomial
Aún más, no existe una fórmula que pueda usarse para encontrar tales raíces.
Como vemos, buscar las soluciones de una ecuación , no es en general una tarea fácil, ni aún cuando es un polinomio y ni hablar de cuando la ecuación involucra funciones trascendentes1.
A excepción de los casos triviales, podríamos decir que las únicas ecuaciones que podemos resolver de forma exacta, son aquellas para las cuales es un polinomio de grado menor o igual a 3, claro está, después del proceso de reducción.
Por está razón, necesitamos métodos que nos permitan, no digamos hallar, sino más bien aproximar las soluciones de una ecuación dada. Este tipo de métodos cae dentro de un área de la matemática que se conoce como Análisis Numérico.
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