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 3.1 Prueba de (b) (a) 
Suponemos que IR es conexo. 
 
La demostración es indirecta. Suponga que A no tiene extremo superior, y
considere 
  S = {  x  
  IR | x no es cs de A  }.
 
Como A  
Ø, existe algún y  
A, para el cual y-1  
S. Entonces S  
Ø. 
 
Además, veamos que S es abierto: Sea x  
S. Por definición de S, x no es cs de A; por
lo tanto hay un y  
A tal que x < y. Entonces
 
( La última inclusión se debe a que
como y  
A, cualquier real menor que y no es cs de A.) Por lo
tanto x  
 .
Como x  
S era arbitrario entonces S es abierto. 
 
Por aparte, considere
 
  T = {  x  
  IR | x es cs de A  }.
 
 
Como A es acotado superiormente, T  
Ø. 
 
Veamos también que T es abierto: Si x  
T entonces x es cs de A pero no es la menor (la menor
cota superior sería el extremo superior). De ahí que existe otro y  
T tal que y < x. Entonces
 
(La última inclusión se debe a que
como y es cs de A, cualquier real mayor que y es también
cs de A.) 
 
Finalmente, es claro que IR = S  
T y que S  
T = Ø. Es decir, IR es la unión disjunta de dos conjuntos abiertos, lo
cual contradice la suposición de que IR era conexo. 
 
  Comentarios: Aquí la
  idea es que si A no tiene extremo superior, en el lugar donde éste
  estaría hay un espacio vacío. Es decir, la frontera entre el conjunto de
  cotas superiores (que es T, a la derecha del espacio) y el conjunto de
  no-cotas (S, a la izquierda), debería ser supA, pero no existe.
  Esto da una disconexión de IR. 
   
  Por cierto, la demostración no necesitaba ser indirecta. Si hubiéramos
  definido S y T como lo hicimos, igual probaríamos que S es
  abierto. Pero entonces T, por ser el complemento no vacío de S,
  no puede ser abierto. Por lo tanto algún b  
  T no es interior, por lo que pertenece a S. Con un pequeño
  esfuerzo puede demostrarse que  
  b = supA.
  
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