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El ajedrez en escuelas y colegios

El ajedrez en escuelas y colegios

El ajedrez como herramienta útil para la enseñanza, se utiliza y recomienda en varios países del mundo. Ejemplos notables de ello son Cuba, Argentina, Rusia y hoy con más insistencia que nunca, España. No es nuestra intención profundizar en estas experiencias, sino que las mencionamos para demostrar que en el mundo, la idea de utilizar el ajedrez con fines pedagógicos no es nueva y ha dado excelentes resultados.

En Costa Rica, el ajedrez ha estado relacionado con la enseñanza, sobre todo en la secundaria, al menos desde la tercera década del siglo XX, cuando se formó el club de ajedrez del padre Mahler en el Colegio Seminario. De este club surgieron varios ajedrecistas, mejor conocidos por sus aportes a otras disciplinas, por ejemplo el famoso escritor don Joaquín Gutiérrez Mangel [21].

No fue una utilización sistemática del ajedrez como un apoyo real a los objetivos concretos de la educación, sino como una actividad extra curricular, ciertamente prestigiosa, pero que no podía desarrollar sus alcances. Es así como los clubes de ajedrez se formaban casi siempre por la presencia de un alumno con un nivel competitivo al cual algunos profesores apoyaban. En las décadas de los años setenta y ochenta esa fue la norma, con muy pocas excepciones. Destacan en este período jugadores como Jaime Vaglio, Francis Maynard, Eugenio Chinchilla, Alexis Murillo, Sergio Minero, Bernal González, Francisco Hernández, Leonardo Valdés y otros [21]. Llamamos la atención a que este y el siguiente fenómeno no son exclusivos de San José y su periferia, sino que se presentó con fuerza en todas las provincias del país.

La introducción en la década de los setenta de los Juegos Deportivos Nacionales, organizados por la Dirección General de Deportes, la Educación Física y la Recreación (hoy Instituto del Deporte y la Recreación), y la posterior consolidación de los Juegos Deportivos Estudiantiles, organizados por el Ministerio de Educación, fueron hechos de vital importancia para el siguiente paso que se dio en el ajedrez costarricense. Los jugadores semiprofesionales incursionaron en la formación de clubes de ajedrez en instituciones de educación tanto primaria como secundaria. La primera motivación fue crear un vínculo con los centros educativos que les permitiera encontrar nuevos jugadores que se integraran a los procesos de los Juegos Nacionales. O sea, el club era un complemento de sus labores como entrenadores de un cantón.

El tiempo ha hecho evolucionar esa situación debido al auge de las instituciones educativas privadas, que han visto en el ajedrez un excelente instrumento para aumentar su prestigio y de establecer vínculos estables con otras instituciones como son los mismos comités de deportes. Está llegando el momento en el que la formación de los ajedrecistas será resultado directo de la labor que se realiza en las instituciones educativas, sobre todo las que se encargan de brindar los primeros años de enseñanza.

Sin embargo, nuestro objetivo en el presente trabajo no es el de fomentar en los centros educativos el desarrollo de los ajedrecistas que en el futuro llegarán a ser jugadores - deportistas de alto rendimiento, sino llamar la atención sobre las ventajas que tiene la formación de buenos clubes de ajedrez para la generalidad de los estudiantes de una institución. Estas ventajas deben ser conocidas por los directores de las instituciones educativas, pero más aún por los profesores, y entre estos especialmente los de matemática, quienes la mayoría de las veces son los encargados de la organización de tales clubes cuando no se ha contratado a un ajedrecista profesional para realizar esta tarea.

Vamos a partir de cero. Nos encontramos en el momento en el cual se debe tomar la decisión de formar un club de ajedrez (o no). Cuál es la razón por la cual casi siempre se aprueba la creación de un club? Por la posibilidad de formar deportistas que compitan en los festivales deportivos y en los Juegos Estudiantiles en representación de la institución educativa. Es igual que en el fútbol, pero hay una diferencia: casi todo el mundo juega fútbol. Por lo tanto, al club de fútbol asisten los que quieren entrenar y competir, porque los que juegan en los recreos no se ven limitados por la existencia del club, ni son compelidos a formar parte de él. Si se forma un club de ajedrez, al que asistirán al principio una gran cantidad de curiosos, pronto ingresarán las presiones por formar equipos competitivos y la mayoría de los estudiantes se retirará sin haber logrado sacar mayor provecho.

En este punto, nos parece útil recordar una anécdota ocurrida hace unos cincuenta años en algún torneo internacional. Los protagonistas fueron los Grandes Maestros Najdorf (Argentina) y Boleslavski (Unión Soviética):
Najdorf: - Acepta usted dejar la partida tablas (empatada).
Boleslavski: No
Najdorf: - Entoces, usted juega para ganar.
Boleslavski: - No.
Najdorf: - Juega por lo tanto a tablas
Boleslavski: - No
Najdorf: - Así pues, usted juega a perder.
Boleslavski: - No.
Najdorf: - Entonces, qué es lo que usted pretende?
Boleslavski: - Jugar!

Esta historia nos ilustra sobre la más importante motivación que conduce a los jóvenes a aprender y practicar el ajedrez: jugar. Es el sentido lúdico del ajedrez el que le confiere el mayor encanto. Cuando obligamos a los ajedrecistas a competir, ellos pierden esa fascinación inicial y ven invadido el espacio de la libertad creadora, por lo cual abandonan pronto esta actividad. Más aún afirmamos: la base de cualquier ventaja que pueda reportar al individuo el juego del ajedrez, es su libre práctica creativa. Por eso no estamos de acuerdo con introducir el ajedrez como una materia más del currículum escolar, al menos en la forma clásica en que se entiende este concepto. En ese sentido, nos parece precisa la formulación de Leonardo Valdés, cuando nos dice:

"Precisamente lo que se encuentra en el núcleo de la crítica al sistema educativo es que no induce al niño9 a pensar por sí mismo, esto es, autonómicamente. El ajedrez, como materia, se ubica rotundamente fuera de esa crítica, en tanto requiere del sujeto justamente una actividad, ya no sólo meramente asociativa y rememorativa, sino práctica, en tanto al final es necesario realizar una jugada. Esta praxis que se revela en la jugada de ajedrez, además, imbuye al niño en un mundo de saberes estructurados que debe retrotraer selectivamente, así como lo incita a usar su creatividad para resolver las situaciones que se le presentan. Asimismo, nos topamos con otras características intrínsecas de la actividad ajedrecística. En principio es un juego, y como tal, su función es básicamente entretener, divertir si se quiere (si no se le tiene mucho apego al resultado). En este sentido, como actividad lúdica, se sale del marco estructurado y parcialmente aburrido de las clases tradicionales" [30].

Establecida como está la premisa básica de la libertad del ajedrecista para incursionar en los secretos del ajedrez y tomar sus propias decisiones tanto dentro del tablero como fuera de él, pasamos a exponer las ventajas que trae la práctica de esta disciplina.

  1. Ejercita la memoria.
  2. Desarrolla el sentido de responsabilidad.
  3. Fortalece el carácter para la toma de decisiones.
  4. Fortalece el espíritu creativo.
  5. Incrementa la paciencia.
  6. Desarrolla el razonamiento lógico.
  7. Desarrolla la inteligencia emocional y la intuición.
  8. Aleja a los jóvenes de las drogas.
  9. Desarrolla un sentido de la universalidad del conocimiento y la unión de las ciencias.
  10. Fomenta las relaciones sociales y el respeto por la diferencia de las personas.
  11. Incentiva el estudio de la filosofía, la historia, las matemáticas y la informática.
  12. Promueve hábitos de estudio, lectura e investigación.
  13. Fomenta buenos hábitos alimenticios.
Estas ventajas y muchas otras se explican en varios libros relacionados con la enseñanza y entrenamiento del ajedrez [11].

También queremos llamar la atención sobre otro fenómeno que ocurre en los grupos de ajedrecistas. Cada jugador posee una individualidad que comparte con los demás miembros del club. Habrá personas cuyos intereses fuera del juego del ajedrez se relacionen ya sea con las matemáticas, con la filosofía, con el arte, con la informática, etc. En cada una de esas disciplinas, es posible encontrar una relación con el ajedrez, sea simbólica o real. En nuestro caso, podemos compartir con nuestros lectores la experiencia del Club de Ajedrez de la Universidad de Costa Rica. A este club asisten aficionados, tanto estudiantes como profesores, de muy variadas disciplinas académicas. Van de Ingeniería, Física, Matemática, Derecho, Odontología, Ciencias Políticas, Informática, Topografía, Filología y muchas otras escuelas. Cada uno ha meditado sobre el ajedrez desde el punto de vista de su propia profesión, y ha compartido con los demás sus razonamientos, creando un ambiente de discusión que ha trascendido el mero juego y que ha enriquecido la visión del mundo de todos los asistentes. Por ejemplo, el Físico nos ha ilustrado sobre la Teoría del Caos, y ha expuesto su hipótesis que el juego del ajedrez "si no es caótico, al menos tiende al caos". El politólogo define al juego en términos de la Teoría del Estado "los elementos constitutivos del Estado, población (las piezas), gobierno (el jugador que se prolonga en el tablero a través del rey) y territorio (el tablero), se encuentran presentes en el ajedrez; el conflicto surge, como en la vida real, debido a que en un determinado territorio sólo puede existir un Estado, y sobre el tablero hay dos que son excluyentes". Los problemas relacionados con la creación de un programa perfecto (invencible) de ajedrez y su relación con la inteligencia artificial, han sido discutidos desde diversos puntos de vista, por los informáticos, los filósofos, los matemáticos y otros. Podríamos escribir muchas páginas de ejemplos en esta misma línea, pero pensamos que la experiencia que tendrán nuestros lectores en sus propios clubes en escuelas y colegios será suficientemente ilustrativa.

Propiamente en el campo de la matemática, la utilidad para los profesores de esta materia, como una fuente de problemas interesantes para sus alumnos, que les permite introducir o ilustrar los temas obligatorios del currículum, y presentar otros a estudiantes más avezados, se expone en la sección de este artículo: Ajedrez y matemáticas. Más allá de esta aplicación directa en la materia de matemática, en el ajedrez encontramos algunos géneros que se distancian del juego ortodoxo, que lo ubican mejor como pasatiempo ilustrado, y que fomentan una disciplina mayor en el proceso de razonamiento. Nos explicamos mejor: el ajedrez se considera un juego entre dos personas, cada una de las cuales busca la victoria según las reglas preestablecidas. Sin embargo, podemos abstraer esa situación y componer posiciones que simulen partidas reales y cuya solución (sea la victoria o una salvación por medio de tablas en lo que aparenta ser una derrota segura) debe ser encontrada por cada individuo. En este caso, en la "partida" se sustituye al adversario real por el ideal, de quien se sabe que realizará siempre el mejor movimiento a su alcance. Estas composiciones requieren de alguna manera el razonamiento en función del resultado. Otras composiciones se concentran en los detalles reglamentarios y no en la calidad del resultado. Esto conduce a que el problema se ubica en el ámbito puramente lógico, de lo que puede ser, y lo que no puede ser. El ejemplo más notable de esta rama del ajedrez es el llamado "análisis retrospectivo". Consiste en una posición compuesta a partir de la cual se le pregunta al solucionista sobre el pasado y no sobre el futuro. No se trata entonces de encontrar la mejor jugada por realizar, ni siquiera la mejor jugada que se ha realizado. Pura y sencillamente, se pregunta por la forma en que se pudo llegar a esa posición en forma legal, dadas las reglas básicas del ajedrez. Es notable el éxito en el uso de este género del ajedrez por parte del profesor Raymond Smullyan en sus clases de Lógica y Filosofía en los Estados Unidos [28].

La formación del club en una institución educativa requiere la adquisición de pocos materiales, que por sus características son muy duraderos. Según el número de jugadores, se necesitarán algunos tableros con sus piezas y uno o dos relojes especiales (que no son difíciles de conseguir en el mercado nacional). Los tableros se producen en la actualidad con vinil y las piezas con plástico, lo cual hace que el precio sea muy reducido, en contraste con los caros juegos de madera que eran tan comunes hace tan sólo diez años. En una sala, (normalmente un aula), se reunirán los ajedrecistas a practicar el juego bajo la guía de una persona, la cual no necesariamente debe ser un jugador fuerte (un profesor de matemática, por ejemplo), pero que sí debe conocer perfectamente las reglas básicas. Se recomienda que se cuente con alguna bibliografía básica que pueda servir de apoyo para el docente y para los miembros del club. Estos libros pueden ser cartillas básicas y pequeñas monografías que introduzcan a los novatos en los primeros conceptos de táctica, estrategia, finales de partida y aperturas. Actualmente, es común encontrar libros de ajedrez para niños en las principales librerías del país.

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