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Lic. Elsie Hernández S. |
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Introducción "Cuando empezó a desarrollarse el Cálculo, la mayor parte de las funciones con las que se trabajaba eran continuas, y por lo tanto no se sentía la necesidad de penetrar en el significado exacto de continuidad. Fue ya entrado el siglo XVIII que se presentaron algunas funciones discontinuas en conexión con distintas clases de problemas físicos. En particular, los trabajos de J.B.J. Fourier (1758-1830) sobre la Teoría del calor, obligaron a los matemáticos de principios de siglo XIX a examinar cuidadosamente el significado de los conceptos de función y continuidad. A pesar de que el significado de la palabra "continuo" parece
intuitivamente clara a todo el mundo, no es fácil imaginarse
cuál sería una buena definición de esta idea. Un diccionario
popular da la siguiente definición de continuidad:
Una definición
matemática satisfactoria de continuidad, expresada enteramente
por medio de las propiedades del sistema de los números reales, fue formulada por primera vez en 1821 por el matemático francés Agustín-Louis Cauchy (1789-1857)". (Apóstol, 1977,
156)
Antes de dar la definición de continuidad de una función en
un punto, veremos el comportamiento de algunas funciones que
no son continuas.
Puede observarse que las gráficas de las funciones f, g y h, presentan "saltos bruscos" o discontinuidades en los puntos en los que no está definida la función o en los puntos, en los que aún cuando la función está definida, el límite de la función en ese punto no existe, o su valor es diferente al que toma la función en ese punto. Luego, debemos establecer condiciones bajo las cuales se sepa con certeza cuándo una función es continua. De los ejemplos anteriores podemos deducir intuitivamente lo que se establece en la siguiente definición.
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